Las tecnologías digitales inciden en nuestra forma de ver el mundo, en nuestra manera de actuar y de pensar. Hoy la sociedad global debe ser consciente de las implicaciones que conlleva la inmersión tecnológica. Como lo menciona Byung-Chul Han (2014), «Nos embriagamos hoy con el medio digital, sin que podamos valorar por completo las consecuencias de esta embriaguez». (p.11).
El fenómeno de la posverdad ha ocasionado múltiples problemáticas sociales. Hoy las noticias falsas viajan mucho más rápido que la información veraz, ese viaje digital hace que la información falsa se replique y repita tantas y tantas veces, que al final se convierte para muchos en la verdad. El tener un criterio y una postura propia privilegia la toma de decisiones por encima de lo que se diga en redes sociales o en las plataformas digitales, es decir que el pensamiento crítico sí marca la diferencia. Un ciudadano informado correctamente vota bien y decide bien. Los análisis y las reflexiones profundas son necesarias no solo en la en a toma de decisiones sino a la hora de crear un juicio propio frente a una problemática social.
La competencia más valorada en nuestra sociedad actual es el pensamiento crítico en el uso de las tecnologías digitales.
Cuando consumimos contenidos informativos en la web, debemos cerciorarnos de consultar información veraz, ya que de no hacerlo tomaremos decisiones erradas que incluso podrían poner en riesgo nuestra propia vida y la de los demás, por ejemplo en la actualidad miles de personas en todo el mundo han decidido voluntariamente no vacunarse contra la Covid-19, una decisión que a muchos ya les cobró la vida y una decisión que algunos tomaron, pensando que implantarían un chip en ellos. Una persona que tenga pensamiento crítico será difícilmente manipulable.
Ese «chip» que nos rastrearía full time y vigilaría nuestro comportamiento no se encuentra incrustado en nuestro cuerpo, sino que lo cargamos en el bolsillo, a través de nuestros smartphones no solo las grandes empresas de tecnología nos vigilan, sino incluso también Gobierno. Hoy a través de nuestras interacciones, llamadas e intercambio de manejes se puede monitorear cada acción que tomamos en nuestra vida cotidiana, permitiendo así crear parones de comportamiento.
Byung-Chul Han (2012), «Hoy se atrofia la facultad superior de juzgar a causa de la creciente y pululante masa de información» (p.17).
Hoy vivimos en un mar de información con pocos metros de profundidad, en el que crece cada vez más la desinformación, los discursos de odio y las noticias falsas, es entonces necesario promover el pensamiento crítico en nuestra actual sociedad con el fin de que tomemos las decisiones correctas y nos informemos de manera veraz, adecuada y oportuna. El pensamiento crítico es un pensamiento independiente de la masa amorfa.
Vivimos en el capitalismo de la vigilancia, hoy nuestros datos son procesados, analizados, utilizados y re-utilizados para beneficiar a unos pocos. Siempre hay que recordar que la información es poder y que gracias a las tecnologías digitales, somos nosotros los que facilitamos nuestros datos y nuestra información y los ponemos al servicio de las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft) y de los gobiernos.