Ciberactivismo

La competencia por la atención en el ciberespacio

Posted on 23 de abril de 2022 by CR

Los internautas y el rastro de su huella digital

Cuando navegamos en la web, accedemos a un sin número de información expuesta a través de diferentes formatos y plataformas. La huella digital o rastro digital pone en evidencia nuestros gustos y afinidades políticas, económicas, tecnológicas y sociales, es decir que todo lo que hagamos dentro del ciberespacio es rastreable, medible y cuantificable. Cada pago, búsqueda, favorito, Me Gusta y clic genera datos que posteriormente ayudarán a predecir nuestro comportamiento. Mucha de esta información que se recolecta a través de nuestra huella digital, llega a manos de agencias de inteligencia estatal y empresas privadas.

Las redes sociales y las paginas web viven de la publicad y nosotros como usuarios del ciberespacio somos quienes proporcionamos certezas a los anunciantes digitales. Mientras estamos compartiendo con otras personas en espacios familiares, sociales o académicos, seguimos conectados a las tecnologías digitales a través de nuestros wearables y smartphones, hoy la atención se torna cada vez más escaza.

La conexión digital es hoy un medio para satisfacer los fines comerciales de otros. En su fundamento mismo, el capitalismo de la vigilancia es parasítico y autorreferencial. Resucita aquella vieja metáfora de Karl Marx, que retrató el capitalismo como un vampiro que se alimenta del trabajador, pero le da un giro inesperado: en lugar de los trabajadores, la fuente de alimento del capitalismo de la vigilancia es cualquier aspecto de la experiencia de cualquier ser humano. (Zuboff, 2018, p.19).

Los grandes Geeks, creadores y desarrolladores de aplicaciones móviles y tecnologías emergentes como el Bitcoin, no suelen utilizar sus smartphones en todos los espacios de  su vida cotidiana, ya que desde que el disipativo este conectado a internet, se hace posible rastrear no solamente nuestra huella digital, sino también nuestra voz, y la voz de los que nos rodean.

Como lo menciona Shoshana Zuboff (2018), » El capitalismo de la vigilancia sigue la tendencia contraria a la del sueño digital original» (p. 19). La Word Wide Web fue creada para ser un espacio abierto y colaborativo, libre de todo tipo de vigilancia. Actualmente incluso vivimos en Estados – Plataforma, en los cuales los gigantes tecnológicos se dan la mano con los grandes dirigentes políticos para vigilar las acciones digitales de sus ciudadanos.

El usuario promedio actual de las redes sociales y las plataformas digitales, prefiere consumir una gran cantidad de contenidos en muy poco tiempo, un claro ejemplo de este fenómeno del consumo efímero es TIk Tok, una red que privilegia el consumo rápido, masivo y viral, que tiene sus orígenes en oriente. Esta red social cuenta con la acogida de millones de jóvenes alrededor del mundo entre 14 y 24 años de edad.

Sin embargo, a algunos nativos digitales la personalización de los anuncios publicitarios les parece fascinante y no una práctica invasiva, es acá en donde se torna más evidente la necesidad de promover un pensamiento crítico frente al uso y tratamiento que se le da a nuestros datos en las plataformas digitales.

Las redes sociales evolucionan y mutan constantemente para adaptarse a las demandas de consumo digital de las diferentes audiencias, incluso entre ellas se da una feroz y agresiva competencia para no quedarse rezagadas del mercado digital. Por ejemplo, la red social Instagram, adoptó las Stories de Snapchat y los Reels de Tik Tok.

Lo que muchos usuarios de estas redes sociales desconocen es que los contenidos creados como Reels en Tik Tok que posteriormente son publicados en Instagram, pierden su potencial de alcance debido a su lugar de procedencia y marca de agua. El algoritmo de Instagram reconoce que dentro de los Reels se encuentra el logo de la red social Tik Tok, al igual que reconoce las temáticas sobre las cuales nosotros publicamos imágenes, Stories y contenidos, y con base en esto nos recomienda contenidos similares que estén acorde a nuestros gustos e ideales de consumo digital.

Cuidar nuestro rastro digital se vuelve fundamental en una sociedad hiperconectada y constantemente vigilada a través de las tecnologías digitales.

Economía de la atención

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